Hablamos con Julio Rubio, del barrio de la Hortaleza de Madrid, sobre dos de sus principales pasiones: el boxeo y la relación con chavales y adolescentes de barrios populares. Autor del libro Décimocuarto asalto es también el presentador del programa Los sonidos de mi barrio de Radio Enlace
Chun choie
Manresa-Madrid, desembre de 2016
¿De dónde sale la idea de montar un gimnasio?
No es un gimnasio, es más, siempre les digo a los monitores y chavalxs que «esto no es un gimnasio, es un espacio asociativo», es un matiz muy importante. Siempre hemos corrido el riesgo de convertirnos en gimnasio y nunca he querido, un gimnasio es un espacio para hacer deporte, nuestro espacio asociativo es un lugar para encontrarnos con la chavalada y detectar sus necesidades reales, y usamos el deporte como excusa.
En realidad no surge la idea de montar esto, sino que poco a poco las necesidades de los chavales y chavalas nos llevan a esto. Empezamos hace 9 años con unas plazas en gimnasios, luego comenzamos a dar clases en un ateneo… y al final acabamos en este espacio asociativo de la UVA porque reunía las condiciones perfectas para dar clases de boxeo; ventilación, amplitud, localización, etc.
Algunas dirán que a los chavales que ya han vivido en situaciones de violencia, solo falta que les des herramientas marciales para usarlas después.
Ese es el clásico, y la paradoja, pues los chavales que entrenan de forma regular y enganchan comienzan a no pegarse, evitar los conflictos, se hacen más estables, canalizan la rabia.
Hago un trato con ellos cuando entran por primera vez a las clases: «Yo os enseño boxeo y vosotros no os peleáis en la calle».
Si yo me entero que el chaval se ha peleado hablo con él, ponemos ese conflicto encima de la mesa y lo tratamos.
Uno de los grandes problemas de la violencia es que se intenta ocultar, en vez de tratarla, se oculta con la cárcel, con las expulsiones, en los centros de menores… pero nunca la tratamos como sociedad.
Yo siempre intento tratarla y ponerla encima de la mesa, y comprender los motivos que el niño, la niña tienen para estar violentos.
Una de las paradojas del boxeo es que para boxear bien tienes que controlar tu furia, si no controlas tu furia acabas envistiendo como un toro a lo loco, sin sentido, y acabas perdiendo.
Siempre les digo a lxs chicxs;
- ¿Tú qué quieres ser? ¿Toro o torero? El toro está enfurecido y no piensa lo que hace, el torero está relajado y es astuto, es quien domina la situación. «Quién te enfada te domina» decía Buda
Los chavales acaban tarde o temprano interiorizando esto y comienzan a controlar esa furia, a controlar y manejar esa violencia, aprender a relajarse.
Des de los grandes medios de comunicación hay una gran criminalización, sensacionalista y pomposa, que habla de bandas latinas, ni-ni’s y demás. ¿Qué dices tú de todo esto?
No creo que haya que tomar en serio a los grandes medios de comunicación, porque el problema de los medios de comunicación no es lo que dicen, es el caso que les hacemos.
Los ambientes de gimnasio suelen ser hipermasculinizados. ¿Intentas romper también con este cliché?
Como decía antes somos una asociación, no un gimnasio, por lo que los fines no tienen nada que ver. A nosotrxs nos interesa la pedagogía, en este aspecto la introducción de las chicas en las clases, los espacios, es ya una obsesión para mí, hasta nuestro logo hemos puesto una chica boxeadora. Siempre estoy animándolas a que se vengan a clases, hablo mucho con los chavales que cuando venga una chica no tienen que intentar ligarla, ni se tiene que sentir intimidada por tantos chicos, una monitora de boxeo ha hecho un grupo de wasap para las chicas y animarlas y quedar… con «La Escuela de boxeo la Fabrika» donde tenemos el nivel 3 una chica nos da clases y los chicos van viendo que la mujer no es ese trozo de carne que sale en bañador y tacones levantando un numero en los asaltos, sino que es deportista y entrenadora y persona y no un objeto sexual, no es un florero.
Para mí esta es una de las prioridades del proyecto.
Imagino que tu acompañamiento no se limita al ratito que andas entrenando…
Exacto, es más, los chavales con más problemas acuden un día, o asoman la cabeza, eso me permite conocerles para luego acompañarles en sus problemas y en su vida real; cárceles, calle, comisarías, conflictos… todo fuera del espacio asociativo. El boxeo solo es la excusa para encontrarnos y luego… lo que venga. Yo estoy para adaptarme a sus necesidades, no para que ellos se adapten a mis necesidades de boxeador, entrenador, deportista…
Doy clases en un Ateneu Anarquista de un barrio popular, en el que solamente participan compañeros y compañeras. ¿Cómo has conseguido abrirlo al barrio?
El primer día que nos reunimos en el ateneo anarquista de mi barrio fui muy claro con los compañeros y compañeras; «aquí van a venir chavales machistas, algunos que cortan las orejas a sus perros y los usan para peleas, otros con la bandera de España, otros que han pegado a sus novias, unos evangélicos… ¿¿Estamos preparados para esto??»
Todxs me dijeron; «Si si, Julio, queremos abrirnos al barrio».
Pues a los dos días conflicto. Los ateneos anarquistas no suelen estar preparados para abrirse al barrio ¿¿Cómo va abrirse un ateneo anarquista a un chavalillo neonazi?? Ellos ven a un neonazi, yo veo a un chavalillo, esa es la diferencia.
Igual que un chaval es expulsado de la escuela por su actitud (echan el problema a la calle) los ateneos anarquistas suelen hacer lo mismo. Yo acepto a todo el mundo, y cuando surja el problema lo tratamos, no expulso a nadie. Entre otras cosas porque mis chavales han sido expulsados de todos lados, si yo hago lo mismo me convierto en uno más.
En el barrio dónde vivo, últimamente veo situaciones que creo que no se veían des del drama de la heroína. Niños esnifando cola, cosas que te rompen el corazón. No sé si has notado un cambio en los últimos años en tu zona
Si, en nuestro barrio hay chavales de entre 10 y 18 años durmiendo en el parque, con disolvente, en situaciones de calle. Es más en estos últimos meses se han paralizado mucho los proyectos porque estamos dedicando muchas energías a estos chicos. Cuando un niño tiene hipotermia de dormir en la calle, el boxeo pasa a un segundo plano.
¿Ha habido grandes boxeadores que han salido de un barrio popular? ¿Tienes algún referente concreto?
No. Porque no considero que salir de un barrio popular sea un éxito en sí mismo. Salir de mi barrio para llegar a las Vegas, no sé qué jungla es peor. Muchas veces el mundo al que llegan los boxeadores que alcanzan la fama es mucho más cruel que el mundo que han dejado.
Qué maravilla si Mike Tyson no hubiese alcanzado la fama y hubiese sido un mediocre, seguramente hubiese sido mucho más feliz. Si Urtain se hubiese quedado en su pueblo, en las montañas de Euskadi cortando leña, en la vida del campo… seguramente hubiese sido más feliz, pues acabó suicidándose, alcohólico, solo…
Sobrevaloramos el mundo del «éxito» y minusvaloramos la vida sencilla.
Estudiaste Educación Social. ¿Qué te pareció la carrera?
Una estafa igual o peor que el tarot de la pitonisa Lola. Solo sirve para tener esa «placa» como si fueses un policía social que te permiten la entrada en cárceles, algún centro, intervenir, legitimarte ante la policía…
Como decía Enrique de Castro, la educación social surgió porque la policía no podía entrar en los domicilios privados. Ahora a través de los servicios sociales sí pueden hacerlo.
No te enseñan pedagogía, te enseñan la burocracia; plan, proyecto, programa, objetivos generales, objetivos específicos, plan a medio plazo…
Todos los monitores y monitoras del proyecto de boxeo son chavales mayores con mucha calle, no con mucha universidad. Para mi funcionan muchísimo mejor, tienen mucho más sentido común.
En el libro “Décimocuarto asalto”, pones verde a distintas ONG’s e instituciones que trabajan con menores.
Si, los niños y las niñas son usados para alimentar la industria de lo social. No me gusta meter a todas las ONGs en el mismo saco, hay organizaciones que responden bien. Pero se ha generado un negocio donde la caridad es un producto que se compra y se vende con la carita de un niño pobre como estrategia publicitaria. Se ha creado un mercado, en un sistema capitalista todo se convierte en mercancía.
El niño pobre es mercancía en el mercado de la caridad de las ONGs. Y cuando crecer lo es de los grandes medios de comunicación; “Hermano Mayor”, “Policías en acción”, el telediario hablando de pandillas… son productos o para la caridad o para el morbo-espectáculo.
¿Te parece que se pueden cambiar las cosas desde las instituciones?
Si los que están dentro de las Instituciones se convierten en nuestros topos, informantes, tentáculos… entonces sí.
Nosotros nos organizamos al margen de las Instituciones, de la legalidad, de las doctrinas de la universidad… ¡¡somos bandidos de lo social!! Y creamos organizaciones que lo único que queremos de los trabajadores de las Instituciones es eso… que nos colaboren.
¿Qué opinas del autodenominado gobierno del cambio de Madrid?
En Hortaleza, mi barrio, el ayuntamiento de Madrid tiene en su parque (que lo gestionan ellxs) a niños desde 10 años viviendo y durmiendo allí, en condiciones infrahumanas, como los niños de la calle de Tanger, Medellín… Y cuando un niño se te mete en casa solo tienes dos alternativas; o llevarles ante su tutor (la comunidad de Madrid) o acogerles, no hay más. Pues el ayuntamiento no hace ni una cosa ni la otra. Peor, no solo no les lleva ante su tutor asumiendo así que van a vivir en el parque y en la calle, sino que encima les roba sus propiedades; las mantas, la ropa, la comida… a través de la policía municipal.
Puedo entender que Ahoramadrid no controle a la policía, porque esta Institución es la que es, ¿pero tampoco controla al servicio de limpiezas que entra a tirarles las cosas de la mano de la policía?
Y después de esto sacan comunicados desde la junta del distrito (Ahoramadrid) diciendo que todo va bien, que la policía les lleva ante su tutor, que están haciendo muchas cosas…
La verdad, con Ahoramadrid muy mal.