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Berguedà

Francia, los sindicatos anuncian el mes de marzo una huelga general

La reforma de pensiones que el Gobierno francés aprobó en un consejo de Ministros, ha levantado la irritación de la clase trabajadora. Este descontento ha quedado demostrado con la primera manifestación que hubo el jueves 26 de enero, dos millones de manifestantes, la segunda manifestación el 31 de enero, fue más concurrida dos millones ocho cientos mil, la tercera el sábado 11 de febrero dos millones quinientos mil, según estimaciones de sindicatos.

El descontento va creciendo, los sindicatos anuncian una huelga general el 7 de marzo. El presidente francés Sr. Emmanuel Macron ha recomendado a los sindicatos que no bloqueen el país con una huelga general.

El proyecto de retrasar la edad de jubilación a los 64 años, Macron se justifica diciendo que la mayor parte de los países europeos la jubilación son de tres a cinco años más que en Francia. Seguramente, Macron basándose sobre este cálculo no piensa hacer marcha atrás, a pesar de las manifestaciones multitudinarias.

Macron es un personaje impopular, ha alimentado durante cinco años una imagen de político arrogante y lejano al pueblo, de carácter dominador y autoritario.

“La crisis de los chalecos amarillos fue su máximo exponente. Esta protesta, surgida en 2018 por el alza de los precios del combustible, se extendió por Francia para denunciar las medidas hacía las clases populares de este ex banquero”.

La movilización apuntaló su imagen de presidente de los ricos y desconectado de la realidad, que se granjeó con polémicas frases como cuando dijo que en las estaciones de tren “te cruzas con gente que ha tenido éxito y personas que no son nada”

Francia, un país donde hay cientos de miles de parados, si retrasan el retiro como pretende Macron aumentará aún más el paro, es un hecho irrefutable. Hace unos años el Gobierno obligaba a los mayores adquirir el retiro anticipado, con el propósito de diminuir el paro.

España el retiro es a 67 años, cinco años más que en Francia, motivo por el cual es el país donde hay más parados de la comunidad europea.

La primera ministra francesa Elisabeth Borne, ofrece suavizar la reforma de pensiones para permitir que algunas personas que empezaron a trabajar pronto se jubilen antes. Son arreglos parches que se aplicaban ya antes de la reforma.

Macron quiere retrasar la edad de jubilación dos años, hasta a los 64 años, y ampliar el periodo de cotización de los trabajadores, como parte de una reforma que considera necesaria para salir del endeudamiento del sistema público de pensiones.

Obreros jubilados que han trabajado toda una vida y explotados; encima la caja de los pensionistas está vacía y endeudada, se necesita tener cara. ¿A donde ha ido a parar ese dinero y en manos de quien?

La nueva disposición concede un aumento de 100 euros las pensiones mínimas, sólo aquellos hayan trabajado 43 años. Los demás pensionistas con menos años de trabajo no tienen derecho a ningún aumento. En Francia el retiro mínimo es de 1100 euros.

La mayoría de los pensionistas por múltiples razones no cobran este retiro. Los campesinos por ejemplo están muy lejos de cobrarlo, hay otros por no ser aptos al trabajo dejaron de trabajar, otros se quedaron sin trabajo cuando tenían entre 50 a 60 años; ninguno de estos obreros a pesar suyo llegarán a obtener el retiro mínimo.

En Francia hay pensionistas privilegiados. El retiro de un presidente, como François Hollande, tiene su futuro económico asegurado, gracias al generoso dispositivo que el Estado francés prevé para los presidentes jubilados. Aparte de su pensión como ex presidente del Consejo General y diputado cobrará unos 4.000 euros por mes, recibirá en concepto de ex mandatario una dotación de 6.000 euros mensuales. Si acepta, como los ex presidentes Nicolas Sarkozy, Jaques Chirac y Valéry Giscard d’Estaing sentarse en el Consejo Constitucional, gozará de 12.000 euros suplementarios por mes.. Es decir, recibirá cada mes 22.000 euros. Además contará con siete colaboradores: un director de gabinete, un empleado de los archivos nacionales, dos secretarios particulares y tres secretarios dactilógrafos.

A este personal permanente hay que añadir dos chóferes y dos policías encargados de su custodia. Y para sus viajes, tendrá siempre a su disposición la clase “Business” de Air France y su asiento en los trenes franceses, todo gratis.

«El diputado socialista René Dosière sacó la cuentas en su libro El dinero del Estado, y euro más euro menos, un ex presidente le cuesta cada año al contribuyente francés 1,5 millones de euros»

Las manifestaciones y huelgas prosiguen, en protesta contra estas arbitrariedades sociales, y que el Gobierno francés restringe los que producen y dan riqueza al país y desprende generosidad los que viven del cuento, como ocurre en todas partes.

JB