La corrupción en España algunos cree que es un problema actual surgido durante la transición. ¡Qué equivocados están! La corrupción existía ya antes con Franco, fue él que la fomentó, es el legado que nos dejó, y que está bien asentado en nuestra flamante democracia.
Algunos ingenuos aún hoy alaban a Franco, creyendo que en el periodo franquista no hubo corrupción ni violencia, ya que en la época nadie hablaba de estos asuntos, si nadie hablaba es porque la prensa estaba amordazada y bien controlada por el dictador.
La prensa franquista nunca mencionó los miles de asesinatos que cometió el dictador y la gente que torturó, ni tampoco el dinero y propiedades robadas a los opositores del régimen. Sólo hay que observar en las condiciones que viven actualmente los herederos directos de Franco, nietos, biznietos, con sus inmensas fortunas, y toda la caterva de herederos del régimen, que ostentan en sus cuentas corrientes millares de euros.
En realidad el robo era como una recompensa que Franco toleraba de sus adictos, a cambio que fuesen leales para asegurar así la continuidad del régimen.
El británico Paúl Preston (biógrafo de Franco) afirma: «Franco utilizaba la corrupción para controlar a sus allegados y colaboradores» «Era una especie de mezcla entre premio y chantaje porque les dejaba hacer cosas y luego los amenazaba de acusarles de ilegalidades»
El robo fue una estrategia de Franco, con la premisa: yo te dejo robar —pero tú —a cambio— estarás sometido a mi arbitraje. Esta premisa estaba desplegada a todos los niveles, empezando con los concejales de Abastos que se llenaban los bolsillos con el estraperlo y cartas de racionamiento, negocio que se propagó tan pronto terminó la guerra civil, muy fructífera para aquellos regidores carentes de escrúpulos.
Aunque l corrupción estaba en todas partes hasta en la cárcel, personalmente fui testigo cuando estaba cumpliendo condena en el penal de San Miguel de los Reyes (Valencia), de múltiples robos, que numero en mis memorias “Veinte años de prisión” «Los Anarquistas en las cárceles de Franco»
La corrupción estaba consentidamente tolerada por el régimen, pues no ignoraba la Dirección General de Prisiones que los presos pasaban hambre, lo demuestra que en todas las prisiones “hubo plantes por la mala comida” no era un secreto, Madrid nunca intentó resolver este problema.
El director de San Miguel, Armando Zapata, tampoco se quedaba atrás, vendió a la chatarra un avión alemán derribado por los republicanos durante la guerra civil, que estaba en el patio exterior de la prisión. Ello le costó el puesto, pero no fue condenado.
En la misma prisión el Administrador tenía montado una fullería en el contador de electricidad, se descubrió por una denuncia que hice yo, y hubo un escándalo mayúsculo, tampoco fue condenado.
Expondré para terminar un hecho, que también comento en mis memorias: «José Alguacil Carranza fue detenido en 1950, en Granada, por tráfico de armas destinadas a los guerrilleros de la zona. Dichas armas las compraban nada menos que a un comandante del ejército franquista, Lucena, compañero de Alguacil, era quien tenía el contacto. Ambos fueron condenados a treinta años de reclusión. A los otros implicados en el asunto les aplicaron la Ley de Fugas» Alguacil y Lucena cumplieron la condena en el penal de San Miguel de los Reyes (Valencia).
Detrás del comandante había otros militares implicados, pero el expediente fue archivado y enterrado.
Con este hecho queda bien patentizada la moralidad corrompida del régimen de Franco. Por dinero algunos militares llegaron hasta vender armas a sus más acérrimos enemigos, los (maquis) guerrilleros. El comandante se supo que fue expulsado del cuerpo militar, pero no fue tampoco condenado.
JB