A primeros del siglo XIX los anarquistas concibieron un sindicalismo revolucionario basado sobre principios del anarquismo, con el objetivo de cambiar el sistema capitalista por una sociedad descentralizada, libre de toda forma de represión, fundada ante todo sobre la autogestión. Rechazando por principio toda influencia de partido político.
En España cobró fuerza el anarcosindicalismo cuando se creó en 1910 la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), en pocos años de existencia llegó alcanzar unos tres millones de filiados. A partir de 1930 la CNT empezó organizar Ateneos libertarios, en una variada actividad cultural de cursos formativos, donde se celebraban conferencias y debates, sobre temas sociales, literarios, artísticos, etc. El ateneo era un lugar educativo de difusión, adoptando la enseñanza de Francisco Ferrer Guardia, pedagogo anarquista Fundador de la Escuela Moderna. Condenado y fusilado en el castillo de Montjuic por establecer que: «La educación de la infancia debe fundamentarse sobre una base científica, en consecuencia, hay que separar de ella toda noción mística o sobre natural». Tuvo un juicio parcial. El abogado militar defensor de Ferrer Guardia, en las que denunció durante su alegato que el juicio «en ningún momento había buscado la verdad»
En Cataluña y en otras regiones de España estos centros tuvieron un gran éxito, denominándoos: “Universidad de la clase obrera”. También tuvo una fuerte oposición por parte de la Iglesia, y el gran capital, que denunciaba estos Centros de tener una influencia malsana para la juventud, donde se inculcaban ideas subversivas. Era la repetida sonata de siempre, culpando la CNT de ejercer pensamientos nocivos. Con estos falsos argumentos el Estado justificaba su actitud violenta en contra los trabajadores, aplicando la Ley de fugas, que la policía usaba muy a menudo en aquellos años. El comisario de policía Manuel Bravo Portillo y el general Severiano Martínez Anido ejecutaron ambos con sus pistoleros más de doscientos sindicalistas de la CNT, entre ellos Salvados Seguir.
Durante la guerra civil española la CNT tuvo uno de los mayores logros históricos, apoderándose los medios de producción de Cataluña y Aragón, poniendo en obra transformaciones sociales impregnadas de anarcosindicalismo nunca puesto en práctica antes en ninguna parte. El colectivismo agrícola en Aragón fue un éxito sin precedentes que contrarió al gobierno de coalición republicano, en particular el partido comunista, que era el más hostil con aquel nuevo orden de emancipación obrera, de inspiración ácrata. El partido comunista constataba impaciente que el boicot del gobierno para desmantelar las colectividades de la CNT no avanzaba, y concertó sin más enviar, por su propia cuenta, la 11 división a Aragón, comandada por Enrique Lister Fondán, con orden de destruir las colectividades. Lister cumplió la orden del Partido a raja tabla, sin miramientos ni contemplaciones, asesinando sin ningún escrúpulo los campesinos que intentaban oponerse.
El anarcosindicalismo fue el establecimiento de un nuevo orden justo de emancipación, y no de desorden como exteriorizaban los oponentes con el propósito de desacreditar la CNT.
La historia se repite, mercenarios pistoleros, ha habido en cada época. A continuación expongo un ejemplo reciente, en plena “democracia monárquica”, el atentado que hubo en la sala de fiestas «Scala» de Barcelona, comanditado por el que fue ministro de Gobernación, Rodolfo Martín Villa, con el resultado de cuatro obreros de la CNT muertos y otros cuatro también de la CNT condenados a varios años de cárcel por aquel crimen que no habían hecho. Los fallecidos: Bernabé Bravo, Ramón Egea, Juan Martines López y Diego Montoro El atentado fue ejecutado con el propósito de desprestigiar la CNT, por su disconformidad con los pactos de la Moncloa, firmados en octubre de 1977, por el presidente, Adolfo Suárez y los partidos con representación parlamentaria, con el apoyo de las asociaciones, empresarios y sindicatos, excepto la CNT que se opuso. A raíz de este hecho Martín Villa declaró la CNT enemigo número 1, por considerar según él ser más peligrosa que ETA.
Posteriormente Rodolfo Martín Villa está reclamado junto con otros diecinueve presuntos torturadores de la dictadura franquista por una juez argentina María Servini de Cubría, acusados por crímenes contra la humanidad, amparándose en el principio de la justicia universal.
Argentina ha solicitado a la INTERPOL de Madrid la extradición urgente de veinte personas investigadas por la juez María Servini por crímenes cometidos durante el franquismo, entre los que se encuentran los ex ministros José Ultrera Molina y Rodolfo Martín Villa.
Los socialistas y el Partido Popular opinan que la Ley de Amnistía no se debe de tocar, por consiguiente con esta Ley los verdugos quedan protegidos de todos sus crímenes y penaliza obviamente las victimas relegándolas al olvido más absoluto. ¡Vaya democracia! ¡Qué atufa y apesta!
Joan Busquets Verges. Ex maqui i actualment membre de la Local de Berga